¿Es buena idea viajar a Mallorca en noviembre?

Viajar a la isla de Mallorca suena a verano. Pero no te equivoques: la más grande de las Baleares es un destino perfecto al que ir en otoño y en meses como noviembre u octubre. Te contamos por qué

mallorca en noviembre
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Viajar en otoño a Mallorca siempre es buena idea. Por lo que, si hasta ahora, eres de esas personas que pensaban que se trataba de un destino exclusivo para el verano, es hora del cambiar el chip. Y es que la hermana mayor de las Islas Baleares es una opción perfecta para alguna de esas escapadas de fin de semana que tanto apetecen cuando las temperaturas comienzan a bajar en la península. Bajo estas líneas te damos algunas buenas razones para que vayas organizando tu viaje a Mallorca en noviembre.

¿Por qué viajar a Mallorca en noviembre?

Una de las grandes (y más obvias) razones por las que marcarse un viaje a Mallorca en noviembre puede ser una estupenda idea es porque en este mes evitarás las clásicas masificaciones del verano, pudienro disfrutar de la ciudad de un modo tranquilo y relajado, y disfrutarla como un lugareño más. 

En segundo lugar, mientras que en el resto de la piel de toro las temperaturas suelen rondar los 12 grados, pudiendo bajar hasta 5 en algunas zonas, en Mallorca cuenta en este mes con un clima más templado, entre los 13 y los 19 grados. Aunque eso sí, al soplar más viento que en zonas geográficas de interior, la sensación de fresco puede aumentar. 

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La costa mallorquina, un placer para los sentidos en cualquier época del año

El espectáculo del ocho en la catedral de Mallorca

La capital de la isla, Palma, bien merece una visita detenida. Empezando por su catedral, imagen omnipresente de la ciudad y conocida por los locales como La Seu, que se asoma al mar con su impresionante estilo gótico y presume de poseer uno de los rosetones góticos más grandes del mundo, concretamente con un diámetro de casi 14 metros.

El Passeig Marítim con la Catedral-Basílica de Santa María de Mallorca, conocida como La Seu

Construida en el siglo XIII, a principios del  XX, Gaudí adaptó el espacio interior de la Catedral a las nuevas exigencias litúrgicas, recuperando el espacio de los fieles, la visibilidad del presbiterio coral, de la cátedra episcopal y de la Capilla de la Trinidad. La última contribución fue la adaptación postconciliar de la Capilla del Santísimo a cargo del pintor mallorquín, Miquel Barceló. Un espectáculo de color, materiales y formas que no deja a nadie indiferente por su carácter vanguardista y contemporáneo.

Además, si te estás planteando algunos viajes a Mallorca en noviembre tendrás un aliciente adicional: el espectáculo del ocho. Este curioso fenómeno tiene lugar solo en dos fechas, el 2 de febrero y el 11 de noviembre, cuando la luz del rosetón mayor se proyecta en la pared de enfrente, bajo el otro rosetón, formando un ocho, mitad luz, mitad vidrio.

La ruta de los faros, una de las mejores cosas que hacer en Mallorca en noviembre

Los viajes a Mallorca siempre tienen una clara influencia del mar. Si en verano son las playas las protagonistas, en otoño es la época de los faros. Mallorca cuenta con alguno de los más hermosos del Mediterráneo y visitarlos es una excusa espléndida para recorrer la isla.

que hacer en mallorca en noviembre El bellísimo faro de Formentor, en Mallorca

Uno de los más especiales es el de Formentor, ubicado en la bahía del mismo nombre y que, para construirse, necesitó que antes se hiciera la carretera que llevaría a su ubicación. Una serpenteante vía que, además de llevar al faro, pasa por diversos miradores con unas impresionantes vistas.

Además de Formentor, puede visitarse el faro de Porto Pi, el segundo más antiguo de España que aún continúa funcionando; el de Cap Blanc, que ofrece unas impresionantes vistas especialmente al atardecer; el de Porto Colom, con sus características bandas horizontales; o el de Capdepera, desde el que puede contemplarse, en los días claros, la isla vecina de Menorca.

Turismo por los pueblos de interior en un viaje a Mallorca en otoño

Recorrer los pueblos de la sierra de Tramuntana es una experiencia inolvidable que no debe faltar en un viaje a Mallorca en noviembre o diciembre, cuando estos lugares presentan un aura especial. Alguno de los que no pueden faltar son Valldemossa, que enamoró al mismísimo Frederic Chopin; Deia, con sus espectaculares vistas;  Sóller, rodeado de naranjos; Capdepera, con su fortaleza medieval; o Pollença, uno de los pueblos con más personalidad que ver en Mallorca. Todo ello sin olvidar también el cercano Santuario de Lluc.

Vista de Valldemossa, en Mallorca, en un día de otoño

Excursión a los islotes deshabitados

Si te quedas con ganas de más, tienes la opción de hacer una pequeña excursión de día a uno de los islotes deshabitados cercanos a Mallorca. Las mejores opciones, sin duda, son Cabrera o Dragonera, ambos declarados reservas naturales protegidas.

La Dragonera ofrece diferentes rutas entre el embarcadero y los distintos faros de la isla, el de Tramontana, el faro viejo, y el de Llebeig. Por su parte, en la isla de Cabrera puede visitarse, entre otras cosas, el Castillo de Cabrera, el monumento a los prisioneros franceses o el museo.

Aunque uno de los lugares inigualables de esta zona es pararse junto a Sa Cova Blava (La cueva azul, en su traducción en español), una cueva a la que solo puede accederse por mar en la que, cuando la luz del sol entra y se refleja en las aguas, el techo se llena de una increíble paleta de azules que te hipnotizará. Si te atreves, hasta podrás lanzarte al agua para sumergirte aún más en la experiencia. No te arrepentirás.

Sa Cova Blava, en la isla de Cabrera


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