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9 cosas que tienes que hacer y ver en Costa Rica
Desde visitar su ciudad más antigua hasta ver tortugas y quetzales en su hábitat, Costa Rica sorprende a sus visitantes a cada paso con una naturaleza salvaje difícil de encontrar fuera de sus fronteras
Costa Rica es uno de los grandes destinos de de Centroamérica. Los algo más de 300 kilómetros que separan los dos océanos que bañan sus costas están repletos de un patrimonio natural que se encuentra entre los más importantes del mundo. Aunque el país también cuenta con una impresionante cultura, playas de infarto y una población que ha hecho del famoso "¡Pura Vida!" su seña de identidad. ¿Qué 9 cosas tienes que ver si vas a hacer turismo en Costa Rica? Te las contamos una a una.
1. Qué hacer en San José, la Costa Rica urbana
La fama de Costa Rica no radica en sus ciudades, pero lo cierto es que San José, su capital, merece un paseo pausado para descubrir algunos de sus rincones más representativos. El Teatro Nacional, joya arquitectónica del siglo XIX, es parada obligada; para acceder a su interior tendrás que contratar la visita guiada, una oportunidad perfecta para apreciar sus salones, frescos y detalles neoclásicos. Muy cerca se encuentran el emblemático edificio de Correos, un ejemplo icónico de la arquitectura civil costarricense, y la animada Plaza de la Cultura, un punto de encuentro donde se respira el ritmo cotidiano de la ciudad.
Continúa hacia el Parque Central, siempre lleno de vida, vendedores y músicos callejeros, y acércate a la Catedral Metropolitana, cuyo interior combina un estilo sobrio con un interesante patrimonio artístico. Si dispones de algo más de tiempo, sumérgete en la historia y la identidad del país visitando el Museo del Oro Precolombino o el Museo Nacional, ubicados en pleno centro y perfectos para contextualizar la riqueza cultural costarricense antes de seguir tu ruta.
Dedicar unas horas a San José permite empaparte del carácter ‘tico’: su manera de vivir sin prisas, su hospitalidad y ese ambiente genuino que mezcla tradición y modernidad. Un anticipo perfecto de lo que espera al viajero más allá de la capital.
El Teatro Nacional de Costa Rica al anochecer. En San José
2. Conocer Cartago
En las faldas del volcán Irazú se encuentra Cartago, una de las ciudades más antiguas e históricamente más relevantes del país, que durante siglos fue la capital de Costa Rica. Pasear por sus calles permite comprender mejor los orígenes del territorio y su profunda tradición religiosa. La visita imprescindible es la Basílica de Nuestra Señora de Los Ángeles, un imponente templo que combina elementos coloniales y neobizantinos y que alberga a La Negrita, la imagen a la que se atribuyen numerosos milagros y que cada año convoca a miles de peregrinos en una de las manifestaciones de fe más importantes del país.
Además de la basílica, Cartago invita a explorar otros hitos como las Ruinas de la Parroquia de Santiago Apóstol, cuyos muros abiertos al cielo ofrecen un escenario evocador y fotogénico, o el animado Mercado Municipal, perfecto para probar productos locales y observar la vida cotidiana. Si dispones de tiempo, puedes ascender hasta el Parque Nacional Volcán Irazú, donde los miradores al cráter principal regalan paisajes lunares y, en días despejados, la posibilidad de ver el Caribe y el Pacífico desde un mismo punto. Una parada muy recomendable entre las cosas que ver en Costa Rica.
La Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, en Cartago
3. Visitar un volcán
Costa Rica es tierra de volcanes, y algunos de ellos aún se consideran activos. Uno de los más bellos es el volcán Arenal, cuya silueta perfectamente cónica lo convierte en protagonista absoluto de cualquier fotografía del norte del país. A sus pies se extiende un entorno natural vibrante, ideal para combinar aventura y descanso.
En tus viajes a Costa Rica, es imprescindible conocer también el cercano Lago Arenal, un paraíso para quienes disfrutan de la navegación, el paddle surf o simplemente de un paisaje sereno rodeado de montañas. Muy cerca, la catarata de La Fortuna, con su caída de 70 metros de altura entre un bosque húmedo, ofrece una de las estampas más icónicas del país y un refrescante baño rodeado de naturaleza.
Con este trío —volcán, lago y catarata—, Arenal se consolida como uno de los grandes imprescindibles que ver en Costa Rica, una zona que resume a la perfección la esencia volcánica, verde y emocionante del destino.
El majestuoso volcán del Arenal
4. Ver tortugas en el Parque de Tortuguero
Esta zona costarricense ya merecería una visita solo por su increíble belleza natural pero es que, además, entre junio y septiembre, tiene lugar la temporada de desove de las tortugas y en la que las recién nacidas comienzan su vida con ese emocionante recorrido que lleva de la playa al mar. Eso sí, bajo ningún concepto se debe molestar a estos maravillosos animales que, además, son una especie protegida en el país.
Pareja de tortugas en el Parque Nacional de Tortuguero de Costa Rica
5. Bucear en Isla del Coco
Declarada Patrimonio de la Humanidad, esta isla situada a más de 500 kilómetros del continente cuenta con un ingente patrimonio natural en el que bucear es un auténtico paraíso. Por eso, no podría escapar de nuestra lista de cosas que ver y hacer en Costa Rica. No faltan tiburones –ballena, martillo o tigre, entre otros–, innumerables especies de peces, cetáceos o tortugas que convierten este rincón del mundo en uno de los mejores para bucear, especialmente entre enero y marzo y entre septiembre y octubre.
Dos peces raya nadando en las aguas de la Isla del Coco
6. Conocer el Bosque Nuboso, una de las mejores cosas quer hacer en Costa RIca
El Bosque Nuboso de Monteverde es uno de los paisajes más característicos de Costa Rica, donde parece que los visitantes caminan entre las nubes. La realidad es que se trata de una incesante neblina que se produce por la alta humedad de la zona que se queda atrapada en este bosque. Ese impresionante ecosistema hace que aquí se encuentre una fauna y flora característica que incluye jaguares, monos, las conocidas ranas arbóreas de ojos rojos, así con un sinfín de especies de orquídeas y helechos.
Una pequeña cascada en la Reserva biológica Bosque Nuboso Monteverde
7. Ver un quetzal, el ave sagrada de Costa Rica
Este ave considerada sagrada por los mayas y los aztecas puede –y debe– verse en Costa Rica. Su espectacular pelaje era usado en las vestimentas de los poderosos, pero hoy en día se encuentra en peligro de extinción y, por tanto, está debidamente protegido. Puede encontrarse en el Bosque Nuboso de Monteverde, en el Parque Nacional de los quetzales, en San Gerardo de Dota o en el Parque Nacional Braulio Carrillo.
Un quetzal alzando el vuelo
8. Subir al Chirripó
Se trata de la montaña más alta de Costa Rica, por lo que ofrece unas increíbles vistas a aquellos capaces de coronar sus más de 3.800 metros. Uno de los mayores atractivos reside en que, una vez en la cumbre del Chirripó, si el día está suficientemente despejado, se pueden observar los dos océanos que llegan a bañar las orillas de Costa Rica.
El volcán Turrialba desde la cima del Cerro Chirripó
9. Disfruta de las mejores playas
Costa Rica cuenta con innumerables playas prácticamente para todos los gustos. Desde largas franjas de arena dorada hasta pequeñas calas rodeadas de selva, el país ofrece un litoral pensado para relajarse, explorar y conectar con la naturaleza. Y, desde luego, quienes están de enhorabuena son aquellos que ya practican surf o quieren aprovechar su viaje para aprender a mantenerse sobre las olas: pocos destinos en el mundo combinan tanta calidad de rompientes con un ambiente tan acogedor.
Las zonas de Tamarindo y Golfo de Papagayo figuran entre las más famosas del país, perfectas para quienes buscan playas de ensueño, escuelas de surf, puestas de sol inolvidables y una amplia oferta de actividades costeras. Además, estos enclaves son un excelente punto de partida para descubrir qué hacer en Costa Rica, ya que permiten integrar fácilmente excursiones a parques nacionales, salidas de snorkel, navegación o avistamiento de fauna marina.
En conjunto, el litoral costarricense ofrece un abanico de experiencias únicas que convierten cada día de viaje en una oportunidad diferente de disfrutar del mar y de la esencia pura vida.
Una tranquila playa en el Golfo de Papagayo, en Costa Rica