La mayoría de los turistas que viajan a Cuba eligen pasar el tiempo disfrutando en las magníficas playas de Varadero, situadas en la larga y estrecha península de Hicacos. Algunos de los hoteles y resorts más lujosos de Cuba se ubican en esta región, un tramo de más de 20 kilómetros de arenas blancas y aguas cristalinas que bañan la orilla. Los hoteles de Cuba en Varadero presentan muchos atractivos, tales como piscinas de formas naturales que se extienden a través de las palmeras y los verdes jardines. Son escapadas tranquilas para viajeros que necesitan desconectar del estrés del trabajo y la vida diaria, pero estos hoteles también pueden ser el comienzo de una aventura única en Cuba.

En Cuba hay nueve lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un homenaje a su rica historia y vibrante cultura. A solo 150 kilómetros de los resorts de Cuba en Varadero, la Habana Vieja encabeza la mayoría de las visitas. Ganó su reconocimiento por la autenticidad de su arquitectura colonial española y por el sistema de fortificaciones que una vez protegió su principal industria: la construcción naval. Un breve paseo por la ciudad ofrece unas vistas impresionantes del barroco histórico y algunas estructuras neoclásicas. Otro pedacito de la historia de Cuba recorre las calles de la Habana Vieja: los coches antiguos pintados de colores brillantes. Estos vehículos son el resultado del embargo comercial de 60 años. Como no llegaban coches nuevos de los Estados Unidos, los coches viejos fueron conservados y ahora se utilizan para llevar a los turistas a recorrer las calles de la capital. Una visita al Museo Nacional de Bellas Artes aporta una visión fascinante de la historia de Cuba a través de su arte. La exposición comienza con las primeras muestras de arte indígena en el nivel superior y abarca hasta el arte moderno, con ejemplos de la turbulenta época revolucionaria. Los visitantes que quieran desplazarse hasta la ciudad de Trinidad serán recompensados con un viaje en el tiempo. En concreto, regresarán al siglo XIX. Los caballos recorren las calles adoquinadas, los vendedores callejeros ofrecen sus productos y los músicos callejeros tocan la guitarra. Esta ciudad, meticulosamente conservada, fue construida cuando las plantaciones de azúcar florecieron a principios de 1800. Los ricos propietarios llenaban sus mansiones con pinturas italianas y candelabros franceses. La Sierra del Escambray domina la ciudad de Trinidad. Si subimos a las montañas obtendremos unas vistas panorámicas espectaculares.

Los puros cubanos son famosos internacionalmente, y los viajeros estadounidenses ahora pueden comprar hasta un límite de 100 dólares y traerlos de vuelta a su país. Clasificarlos por marcas es una tarea difícil, pero los visitantes no se equivocarán si escogen Cohiba, la marca favorita de Fidel Castro antes de que dejara de fumar en 1977. El ron es otro artículo muy buscado, y los huéspedes de los hoteles de Cuba en Varadero podrán probar muchas variedades en el cercano Museo del Ron y luego comprar alguna botella. El Mercado de Varadero está lleno de artículos de cuero hechos a mano, esculturas, pinturas, textiles y joyas. Los amables vendedores estarán dispuestos a regatear, y es un gran lugar para absorber la atmósfera local mientras se encuentran divertidos regalos que llevarse a casa como recuerdo de unas vacaciones memorables.